El termino burocracia ha pasado a formar parte del lenguaje cotidiano de los mexicanos. Preferiblemente se usa para el ámbito de las organizaciones públicas y privadas. El propio Max Weber consideró la burocracia como un tipo de poder y no como un sistema social. En esta línea, la burocracia es una forma de organización humana que se basa en la racionalidad y en la adecuación de los medios para lograr los objetivos pretendidos, con el fin de garantizar la máxima eficiencia en la búsqueda de esos objetivos.

Para lograr la eficiencia, la burocracia necesita actuar anticipadamente y con detalles, en la manera en que deberán hacerse las cosas, para así no retrasar los procesos dentro de un sistema antes establecido. Sin embargo, aunque esto esté estipulado, las organizaciones pueden hacer tu travesía mucho más pesada de lo que podría ser. En el caso más específico, nuestro país es uno de los que más adopta la técnica de los trámites burocráticos. Dado que para todo tramite que se deba hacer, debes ejecutar una serie de pasos para poder lograr tus objetivos.

Las organizaciones públicas y privadas, te piden realizar demasiados trámites para que puedas beneficiarte de cualquier modo. Aunque estos procesos tiendan a ser demasiado lentos, aburridos, innecesarios, erróneos, debes hacerlos si quieres que tus tramites culminen de la mejor forma. Lidiar con la burocracia en México es una costumbre, aunque si no dependiera de ello, todos preferiríamos dejar de lado los procesos burocraticos y hacer las cosas más rápidas y eficientes.

Retomemos lo que Max Weber percibía, el cual pensaba que, realmente no podía existir un tipo de organización ideal. Por tanto, la burocracia real sería menos óptima y efectiva que su modelo ideal. Según Weber, la burocracia podría degenerar, de las siguientes maneras, a una organización:

• La jerarquía vertical de autoridad puede no ser lo suficientemente explícita o delineada, causando confusión y conflictos de competencia.
• Nepotismo, corrupción, enfrentamientos políticos y otras degeneraciones, pueden contrarrestar la regla de impersonalidad, pudiéndose crear un sistema de contratación y promoción no basado en méritos.
• Los funcionarios pueden eludir responsabilidades.
• La distribución de funciones puede ser inefectiva, produciendo excesiva actividad regulatoria, duplicación de esfuerzos y, en general, ineficiencia.

Cuéntanos, ¿has lidiado con algún trámite o proceso burocrático en nuestro país? Haznos llegar tu experiencia, si fue buena o mala, a nuestro twitter: @TresMonosSabios