No solamente viajan por el mundo, los embajadores son los encargados de establecer diplomacia entre los países y llevar a cabo acuerdos, que no siempre resultan fáciles. Las representaciones diplomáticas y administrativas de cada país en otras naciones, son una fuente de información muy valiosa, así como un lugar al que recurrir en busca de ayuda.

Las funciones de un embajador son las de representar al presidente y a toda la nación, en otro país. Las embajadas tienen la tarea de proteger los intereses de su país en el país donde se encuentran. Además, se encargan de negociar, tratar y establecer comunicaciones, con respecto a lo que su propio gobierno espera.  Por otro lado, también se encarga de promover las relaciones amistosas entre ambos estados, y fomentar su crecimiento económico, cultural y científico.

También se encarga de preparar tratados y visitas de estado. A diferencia de los consulados, que puede haber más de uno en distintas ciudades y estados, de un país, la embajada solamente tiene una sede que, por lo general, se encuentra en la capital del país receptor.

Además de ayudar en la diplomacia, las embajadas se encargan de orientar en materia de asistencia, en diversos temas, a los connacionales que se encuentren en el extranjero. Depende de la situación, se pueden encargar de dar asistencia a personas accidentadas o con problemas graves de salud, para ayudarlos o canalizarlos para resolver su situación. Informar a parientes o personas allegadas, sobre accidentes o fallecimientos y catástrofes. En ningún caso esta asistencia implica desembolso económico. 

Asegurar el apoyo jurídico a ciudadanos de su país, en caso de solicitarlo, interiorizando por su situación procesal, su estado de salud, y procurar el mantenimiento de condiciones dignas de higiene y habitación, en el caso de los detenidos. Esas, entre muchas otras funciones, son de las que se encargan las embajadas de cada país, de manera general.

@TresMonosSabios