Adiós Jefes Delegacionales, bienvenidos Alcaldes

Más de 20 años pasaron para que la forma de gobierno en la capital del país cambiara. El último cambio que sucedió fue cuando se decidió que el mandatario del entonces Distrito Federal dejara de ser un regente designado por el Presidente de la República y fuera jefe de gobierno, electo de manera popular.

Sin embargo, este 2018 es un año lleno de cambios para la ciudad, uno de ellos es que la primera Constitución Política de la Ciudad de México entrará en vigor el 17 de septiembre. Este documento hará que las delegaciones sean reemplazadas por demarcaciones, lo que significa que ya no tendremos jefes delegacionales, sino alcaldes, en la CDMX.

También, la nueva reforma permite que haya cambios en el número de delegaciones, actualmente son 16, e incluso en los límites territoriales. La existencia de estas nuevas figuras tendrá implicaciones para los ciudadanos, porque modificarán la organización político-administrativa de la ciudad.

Implicaciones

Los alcaldes o alcaldesas, en la CDMX, tendrán el cargo durante tres años y podrán buscar la reelección inmediata. Es decir, si al terminar su primer periodo deciden lanzarse de nuevo y ganan la elección, podrán permanecer en su puesto por tres años más.

Además, compartirán el poder con un concejo de 10 a 15 miembros, del cual 60% serán electos por mayoría relativa y 40% por representación proporcional, éstos serán los encargados de aprobar el presupuesto de egresos, supervisar y evaluar las acciones de gobierno y controlar el ejercicio del gasto público.

Sin embargo, será la Constitución Política de la Ciudad de México, quién definirá si hay más facultades para los llamados concejales.

Los requisitos para ser alcalde serán: ser mexicano, tener por lo menos 25 años, vivir en la demarcación correspondiente a su candidatura, por lo menos seis meses ininterrumpidos antes del día de la elección, no tener otro cargo público o separarse del mismo, 60 días antes de la elección, y no ocupar el cargo de ministro de algún culto religioso, a no ser que hubiere dejado de serlo con cinco años de anticipación.

 @tresmonossabios

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