El Gobierno de la CDMX vendió a los automovilistas la idea de que los segundos pisos y las autopistas, iban a ser una solución “económica“ para liberar el tráfico.
Pero todo ha sido una falacia, el segundo piso se ha vuelto ineficiente y costoso para los usuarios, y tampoco se ha reflejado un mejoramiento del medio ambiente.
Uno de los grandes problemas es el alza a los precios, los cuales prácticamente se han cuadruplicado, desde su inauguración en 2010, recordemos que estas rutas de comunicación fueron concesionadas a distintas empresas particulares y por tanto, ellas establecen las tarifas.
La Autopista Urbana Norte, la cual se extiende de San Antonio a Cuatro Caminos, concesionada a OHL Concesiones de México S.A. de C.V., es la que mayores aumentos ha registrado, estos han ido de una tarifa inicial de 1.32 pesos por kilómetro, en 2010, a 5.12 pesos en hora pico, registrada en junio de 2016.
La Supervía Poniente, operada por una filial de OHL, inició cobrando una tarifa total de 38.80 pesos, actualmente la tarifa llegó a 62.00 pesos, específicamente 23.20 pesos más.
La Autopista Urbana Sur (Grupo IDEAL) es la que ha tenido menos aumentos registrados, de costar 1.55 pesos el kilómetro, a un costo de 2.33 pesos para este año.
En pocas palabras las concesionarias han aumentado sus precios a su conveniencia y sin algún fundamento razonable.
Esto muestra que el gobierno de la CDMX, no tiene un proyecto viable y eficiente en cuestión de movilidad.