Javier Duarte, de 43 años de edad, fue gobernador de Veracruz de 2010 al 12 de octubre de 2016, cuando, en medio de acusaciones de corrupción y enriquecimiento ilícito, solicitó licencia al Congreso del Estado, es sospechoso de participar en una trama, que desvió miles de millones de dólares de dinero público, a empresas fantasma.
Los delitos por los qué se le acusa son:
- Operaciones con recursos de procedencia ilícita.
- Delincuencia organizada.
- Delitos electorales.
De acuerdo con la PGR, Duarte es responsable de liderar una red delictiva que. al menos desvió 223 millones de pesos. provenientes del erario público, es decir, el dinero proveniente del estado, para beneficio de Veracruz, el cual fue entregado a empresas fantasma que, a su vez fue triangulado a un segundo nivel, a compañías con diversos prestanombres de Duarte.
Entre el año 2012 y 2013, a través de las Secretarias de Educación y de Salud de Veracruz, se concedieron contratos a varias compañías para brindar servicios o productos, mismos que no se llevaron a cabo. La rede de compañías falsas fungía de ese modo, para recibir y repartir recursos públicos. Con el dinero obtenido, Duarte compró un rancho de lujo, varias residencias en la Ciudad de México, Guerrero y en Estados Unidos.
A pesar de su situación legal, nada alentadora, y de las varias acusaciones que hay en su contra, el expriista regaló, después de su detención en Guatemala, algunas sonrisas. Y sí, todos nos preguntamos: ¿de qué se ríe Javier Duarte? Ahora se sabe que Duarte sufre en la cárcel donde está, gracias a las acusaciones que interpuso el abogado, ante el tribunal correspondiente.
Hasta antes de la captura de Javier Duarte, habían sido detenidas las hermanas Nadia Isabel y Elia Arzate Peralta, accionistas de la compañía que triangulaba recursos públicos. Ambas fueron sentenciadas a tres años de prisión, luego que reconocieran su culpabilidad, a cambio de ser condenadas por lavado de dinero pero no por delincuencia organizada. Sin embargo, varias personas que ayudaron a Duarte a crear un imperio de corrupción, siguen prófugas. Tal es el caso del empresario Moisés Manzur, Rafael Gerardo Rosas, Santa Bartolo Acuña, Miguel Velázquez Nieva y Javier Nava Soria. Según la PGR, Javier Duarte, junto con sus prestanombres, desviaron 3 mil 300 millones de pesos en contratos.
Justo como este caso, se podrían subrayar más casos de corrupción e impunidad, que inundan las arcas del poder de la política mexicana, dado que el nuevo PRI, lidera la lista de escándalos de corrupción en diversos estados de la república mexicana. Ahora solo queda esperar a ver si se hace justicia, para reivindicar el estado de derecho en México o que se convierta en otro caso de impunidad.