¿Por qué hay que tomar medicamentos a tiempo?

En nuestro organismo (y en prácticamente todos los seres vivos), existen diversos ritmos:

Circadiano.- Que se repite aproximadamente cada 24 horas, por ejemplo, el ciclo del sueño y la vigilia, condicionado por la sucesión del día y la noche.

Ultradiano.- Con frecuencia mayor a un día, por ejemplo la menstruación.

Infradiano.- Menor a 24 horas, por ejemplo, el tiempo que tarda el alimento en hacer la digestión.

Estacional.- Que se repiten por temporadas a lo largo de un año, por ejemplo, la depresión estacional, que se agrava en invierno.

El Circadiano es el más arraigado y, por lo tanto, el más difícil de reprogramar. Los trabajadores con horarios nocturnos tardan en acostumbrarse a estas jornadas, más que a otro tipo de horarios, y tienen más accidentes laborales que en los turnos de día.

La clave de estos problemas está en el metabolismo de la melatonina, una hormona que segrega la glándula pineal. Algunos investigadores piensan que esta hormona transmite, de alguna manera, información referente a la sucesión del día y de la noche, que es imprescindible para regular el reloj biológico. En otra publicación, ya mencionamos los problemas de insomnio, por estar viendo el celular antes de dormir.

El Jet-Lag afecta a las personas que realizan grandes viajes de este a oeste y viceversa, por ejemplo, entre América y Europa, que requieren muchas horas y exigen un cambio en rutinas tan arraigadas como el sueño o las horas de las comidas. Durante los primeros días, posteriores al viaje, el reloj biológico continúa funcionando igual que en el sitio de origen y se adapta progresivamente a los horarios del lugar de destino. Los síntomas del jet-lag incluyen somnolencia por el día, desorientación, falta de concentración y de reflejos, indigestión e irritabilidad.

Estamos acostumbrados a tomar los fármacos según patrones fijos. Realmente, para muchos medicamentos no es necesario establecer nuevos horarios adaptados a los relojes biológicos, ya que no existen grandes diferencias en cuanto a los beneficios y a los efectos secundarios, según la hora del día en que se administren. Sin embargo, uno de los grandes retos de la cronoterapia es el de aplicar los tratamientos, de acuerdo con los ritmos circadianos, para hacerlos más efectivos.

Por ejemplo, la heparina (un anticoagulante) tiene un efecto más potente durante la noche; la aspirina permanece más tiempo en el cuerpo si se toma hacia las siete de la mañana, que si se ingiere por la tarde. Los ritmos circadianos se están teniendo en cuenta para usar nuevos broncodilatadores que faciliten la respiración de los asmáticos, ya que los ataques de asma son más frecuentes y más graves de madrugada. Algunos expertos han observado que administrar una dosis de estos fármacos antes de acostarse, es más efectivo que varias aplicaciones diurnas.

Uno de los principales problemas que desde siempre ha tenido la quimioterapia es que, a la larga, acaba dañando los tejidos sanos. La clave está en determinar en qué momento las células normales son menos sensibles y aplicar la quimioterapia cuando la división celular es más lenta en la médula ósea y en el intestino. Así protegemos los tejidos sanos, explica un experto de la FDA (Food & Drug Administration) que ha participado en varios ensayos clínicos con cronoterapia.

Un ensayo, publicado por la revista The Lancet en septiembre del año pasado, consiguió muy buenos resultados con enfermos de cáncer de colon. Un equipo de investigadores del Hospital Paul Brousse, en Francia, escogió a 186 pacientes con tumor colorrectal avanzado, que no habían sido tratados previamente. La mitad de los enfermos recibió una dosis constante de medicamentos utilizados habitualmente en quimioterapia y la otra mitad, cantidades variables de la misma combinación de fármacos, según los diferentes ritmos circadianos. Se comprobó que el 51% de los pacientes tratados según su reloj biológico, respondió favorablemente a la quimioterapia, con menos efectos secundarios, comparado con el 29% de los pacientes tratados de manera convencional.

Casi todas las teorías de la cronoterapia han sido extraídas de estudios epidemiológicos (basados en la observación), por lo que muchos no las han tomado en serio, hasta hace poco. Una encuesta realizada por la Asociación Médica Americana a 320 médicos estadounidenses reveló que, tanto facultativos como pacientes, necesitan más instrucción en lo referente a los ritmos circadianos. El 94% de los médicos entrevistados desconocía los aspectos esenciales de la Cronobiología y cómo sacarles partido terapéutico, aunque manifestaron claro interés por aprender. Según el doctor Michael Smolensky, director del Centro de Cronobiología y Cronoterapia de la Universidad de Texas y profesor en esta misma Universidad, actualmente están surgiendo tratamientos que siguen pautas cronoterapéuticas, y aparecerán otros nuevos en el futuro.

Ajustarse a estos ritmos permitiría que los médicos aplicaran los tratamientos en un determinado momento del día, y no en otro, dependiendo de los ritmos biológicos que rigen el organismo de sus pacientes.

La base de la cronoterapia está en sincronizar de manera exacta las diferentes velocidades e intensidad de funcionamiento del cuerpo, con las características y el efecto que se busca de los fármacos, durante 24 horas. Por ejemplo, un antidepresivo funciona mejor cuando el cuerpo está más relajado, porque hace sinergia con las sustancias internas que tranquilizan el organismo.

Aun cuando todavía faltan más estudios sobre el tema, la cronoterapia existe en países, como Estados Unidos, Canadá, China, Japón, Italia, Bélgica y Portugal, para pacientes que padecen de cáncer, depresión, artritis o bipolaridad.

Fuentes:

El Mundo

El Tiempo

BBC Mundo

@tresmonossabios

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