Se avecinan dos elecciones clave para algunos partidos, la del Estado de México (2017) y la presidencial en 2018 (el hueso más grande).

Eso nos suena como las viejas tácticas a que recurrían los partidos con anterioridad. Para que los futuros votantes se den cuenta que, en realidad están haciendo su chamba. Pero sabemos de qué pie cojea todo esto. ¿O no?

No decimos que no se haga “justicia”, por el uso de recursos de forma indebida, no. El problema radica en que todo esto se tenía que hacer desde hace mucho tiempo, y no en vientos electorales.

Desgraciadamente, hacer “justicia” se vuelve una especie de montaje a su favor, para obtener beneficios particulares.

Ahora resulta que la Procuraduría General de la República (PGR), ha puesto de moda ofrecer recompensas por los criminales más buscados; lo gracioso de la situación es que los criminales más buscados, ya no son los grandes capos de la droga, sino los ex-gobernadores corruptos.

La PGR ofrece una recompensa de 15 millones de pesos por la captura, tanto de Javier Duarte, como de Guillermo Padrés (que ya se “entregó”).

Y ahora ofrecen la misma cantidad, por la captura del ex-gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington, prófugo desde hace 4 años y buscado, tanto por la justicia mexicana, como por la estadounidense.

En pocas palabras, Duarte es visto como la encarnación de la corrupción y la transa, y Yarrington como la encarnación del llamado narcogobierno.

Sólo nos queda esperar el desenlace de la cacería y ver si quedan «bien parados», los partidos políticos involucrados.

Seguiremos informando.

@TresMonosSabios