Sin duda desde hace unos años la ciencia ha impulsado el descubrimiento y expedición de nuevas partes del espacio exterior. Haciendo así que más países traten de no quedarse atrás en esta llamada “carrera espacial” impulsada por Estados Unidos y la ex Unión Soviética.
Pero de lo que no se habla mucho es de los efectos colaterales o vidas que se han tomado para que esta expansión de la huella humana al espacio exterior sea cada día más creíble.
En un principio se podría creer que para conseguir dicha expansión se han sacrificado vidas humanas, sin embargo en realidad han sido vidas de otras especies. Entre las que destacan perros, gatos y más.
La gata Félicette logró ascender en el cohete Véronique AGI 152 kilómetros desde la base espacial francesa en Argelia y permaneció 5 minutos en ingravidez el 18 de octubre de 1963.
Pero después de lograr regresar al planeta Tierra segura, decidieron encomendar otro gato más al espacio, pero esta vez no se tuvo éxito, ya que el cohete explotó en el ascenso.

Si bien el viaje de la gata Félicette permitió a los científicos del espacio tener datos más relevantes respecto al viaje fuera del planeta, también dejó entrever la poca ética que se tenía al momento de usar animales como parte de sus experimentos.
Y aunque en 2017 se recaudó dinero de la mano de KickStarter para crear una estatua en memoria de la única gata astronauta, la realidad es que esto no es suficiente para cuidar los derechos de los animales.
Por eso cuando se habla de viajes espaciales de animales, se debería tomar en cuenta el respeto de la vida digna de cada ser vivo.
Fuentes:
https://computerhoy.com/noticias/life/felicette-primer-gato-viaje-espacio-790755
https://okdiario.com/ciencia/felicette-primer-gato-que-viajo-espacio-8447620