Los efectos de la pandemia de COVID-19 siguen causando estragos. El sector social, salud y económico se han visto gravemente afectados, pero el último quizá es el más perjudicado debido a la baja productividad de los últimos dos años.
Por un lado la actividad de varios países se encuentra sumergida en una crisis que costará mucho superar, por otro los países con pilares comerciales y actividades económicas fuertes están logrando de a poco salir de los efectos negativos.

Esto representa una recuperación económica desigual que se está dando en todo el mundo. Los expertos señalan la llaman recuperación en forma de K, pero ¿en qué consiste esto? Bueno, aquí van algunos apuntes para entender este proceso.
● La recuperación en forma de K apunta hacia una caída rápida con una restitución desigual en algunos sectores.
● Los resultados económicos dependen de la actividad comercial del país dentro y fuera de su territorio, arrojando ciclos económicos variables para cada sector.
● Mientras que unas partes pueden gozar de una recuperación rápida y productiva, otros sectores pueden hacerlo lento, estancarse o seguir cayendo.
● Este proceso limita las posibilidades de crecimiento de un país, puede afectar directamente su PIB así como sus oportunidades de inversión extranjera.
● Pero quizá la grieta más fuerte de esto será en el sector social, donde las desigualdades socioeconómicas estarán muy marcadas por quienes tienen el valor adquisitivo para recuperarse y quienes no lo lograrán.
En el 2021 este crecimiento se fue mostrando con los países potencia que en poco tiempo lograron reactivar su economía aunque siguen teniendo sectores a la baja o estancados, mientras que países en vías de desarrollo o con pobreza, la situación no ha sido nada favorable.
Es posible que este año sigamos viendo más cierres de empresas, que cambien de giro y que la situación se mantenga frágil mientras el mercado comercial logra una estabilidad tras la pandemia.
Fuentes: