A inicios del 2023 el peso mexicano ha tenido su mejor forma en, por lo menos, tres años. No hay una razón exacta por la que este fenómeno suceda, sin embargo, el peso se ha apreciado por encima del dólar estadounidense en un 3% y aunque parecen ser buenas noticias para la economía nacional, tiene diferentes matices que deben ser tomados en cuenta.

La moneda mexicana se ha visto beneficiada por una serie de circunstancias que mantienen la confianza de los inversionistas extranjeros en tierras nacionales, algunas de ellas son: amplia diferencia de tasas de interés entre México y Estados Unidos, una postura fiscal estricta del gobierno mexicano, finanzas externas sanas o una estabilidad en la balanza comercial.
Sin embargo, expertos señalan que, a pesar de ser buenas noticias para la economía, la historia ha demostrado que cuando el peso está fuerte las exportaciones se ven afectadas, el sector industrial, empresas y las remesas forman parte de los sectores menos beneficiados.
El problema con las exportaciones es que si un producto viene de México, se vuelve más caro y menos favorable por el tipo de cambio que representa el peso en el mercado internacional.
Otro factor negativo del súper peso es la pérdida de competitividad ya que se deja de comprar lo hecho en México, las importaciones deberían aumentar pero no ha sucedido como consecuencia del bajo margen de ganancia que tienen otros países frente a la moneda mexicana; además las remesas, es decir el dinero que entra del extranjero, sufre una reducción y se puede presentar una desaceleración en el flujo de dólares.
No obstante, los analistas coinciden que este periodo del súper peso no durará suficiente ya que el Banco de México (BANXICO) tiene una tasa alta y cotiza con una sobrevaluación, por lo que será importante ver las reacciones que surjan luego de este periodo y las consecuencias que pueda haber en la economía mexicana.
Por ahora, México puede disfrutar de contar con plena confianza de inversionistas extranjeros y cadenas de producción que mantengan el peso con buena apreciación a mediano plazo, además de que el valor de los intereses de la deuda externa baja porque se paga en dólares.

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