Parece ser que otra vez Interjet se pasó por encima todas las leyes mexicanas; pasajeros de un vuelo con esta compañía se quejaron de un fuerte olor dentro del avión, a lo que la tripulación contestó que se debía a que estaban transportando cadáveres.
¿Cómo?, ¿cadáveres en un vuelo comercial y en malas condiciones?, ¿dónde están las autoridades? Parece ser que nadie estaba vigilando cuando subieron los restos orgánicos al avión, así que a nadie le importó ni el empaque.
Según las leyes mexicanas, para transportar un cadáver en un avión se requiere un acta de defunción certificada, así como un contenedor adecuado que no permita que el cuerpo se mueva o que salgan olores. Además se necesita un permiso para traslado que debe ser tramitado desde la funeraria dónde se preparó el cuerpo.
Es así que subir un cadáver a un avión o a un camión no es tan sencillo, se necesitan permisos legales y ciertas adecuaciones para que no se convierta en un problema sanitario.
¿Cómo habrá hecho Interjet para subir cadáveres descompuestos sin que ninguna autoridad dijera nada? Quién sabe, hasta podría sonar a complicidad con un tercero por aquello de que aquí acostumbramos cosas como el crimen organizado y demás.
Ojalá los sancionen porque está situación pudo poner en peligro incluso la salud de los pasajeros al estar oliendo restos en descomposición. ¿Qué pasaría si los fallecidos hubieran muerto de una enfermedad contagiosa?