Escuchar sobre un ciudadano extranjero que proviene de Japón, muchas veces trae anécdotas morales, en donde los nipones enseñan su capacidad para ser empáticos con todo lo que tiene que ver con asuntos civiles .
Parte de su forma de ser nos remite a escuchar sobre lo limpios que son o sobre su entrega al trabajo, hasta el punto de sentirse mal consigo mismos si quedan desempleados.
Otra cuestión que caracteriza a los nipones también es que entienden de otra forma la relación que se tiene con la naturaleza. Tal vez se deba a que constantemente existe la posibilidad de que sufran desastres naturales, pero lo cierto es que siempre cuidan el medio ambiente.
¿Y qué sucede con las cosas perdidas en Japón?
En Japón existe toda una cultura alrededor de los objetos perdidos, a tal grado de que si pierdes algo en el país del sol naciente, date por seguro que es posible que puedas encontrarlo de nuevo.
Esto se debe en gran medida a la sociedad civil japonesa y al mismo Estado. Por una parte, desde muy jóvenes a las nuevas generaciones se les enseña a que sea un centavo o un paraguas, siempre se tiene que regresar lo que está extraviado.
A esta parte de la cultura japonesa se le llama ‘Hito nome’ que quiere decir “los ojos de la sociedad”. Para la sociedad de Japón el no regresar algo que está extraviado hace de ti una persona mala ante la sociedad.
Se trata entonces de un valor moral enseñado generación tras generación. Pero también el Estado colabora con ello. ¿Cómo? El gobierno ayuda con el Centro de Objetos Perdidos, ubicado en Lidabashi, Tokio, lugar en donde son reagrupados todos los objetos.
El Centro de Objetos Perdidos está hecho para que cada uno de los ciudadanos pueda ir a entregar cosas y recuperar las mismas.
Simplemente en 2019, el Centro de Objetos Perdidos logró la cifra récord de 4,15 millones de objetos perdidos que fueron entregados en este lugar, entre celulares y documentos oficiales.
Decimos que no vemos, no oímos y no hablamos. Pero sabemos de todo. 