El Ejército Mexicano es una institución de gran prestigio. Más que una profesión, para algunos se trata de una vocación y un estilo de vida, ya sea por tradición familiar o por deseos personales, ser militar es un compromiso de mucha responsabilidad, orgullo y firmeza con el país.

¿Alguna vez te has planteado la posibilidad de ser parte? La mayoría de los militares ingresaron con muchas dudas antes de hacerlo. Elegir esta alternativa para el futuro no es sencillo, tienes que apartarte de tu familia, vivir acuartelado, adquirir hábitos que probablemente no tenías y si no eres una persona disciplinada tendrás que serlo, porque es importante en la formación militar.
Muchos aspirantes se retiran por las historias que escuchan sobre la estricta disciplina que llevan, pero otros se mantienen en el camino porque, además de desarrollarse profesionalmente, existen razones personales que los motivan a continuar, por ejemplo:
● Una vida llena de aventuras: escoger esta vida implica riesgos y emociones al límite, no por nada es el escenario de innumerables historias del cine o la literatura.
● Conocer nuevos lugares: la vida militar implica viajar mucho, conocer sitios y culturas que nunca imaginaste.
● Proteger a la sociedad: defender con orgullo los símbolos nacionales implica ayudar a las personas en misiones humanitarias, de rescate y protección.

En México, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ofrece la oportunidad de que la población civil se una a sus filas, dentro de los requisitos para ingresar al Instituto Armado se encuentran:
● Ser soltero o soltera y no vivir en concubinato.
● Tener 18 años cumplidos y no ser mayor de 30.
● Contar con la Cartilla de Identidad del Servicio Militar Nacional.
● Certificado médico que indique estar apto clínica y psicológicamente para el servicio de las armas.
● Estatura mayor a 1.60 en hombres, 1.60 en mujeres y 1.65 para la Escuela Militar de Aviación.
Fuentes: