
En medio de crisis económicas, de salud y políticas, los británicos fueron sacudidos el jueves 8 de septiembre de 2022 con la noticia de que la reina Isabel II había finalmente perdido la vida.
Esta noticia sin duda causó un impacto imprescindible no sólo en la familia real, sino también en todos los habitantes de Gran Bretaña. Al final, el reinado de 70 años impactó en varias generaciones.
Días atrás ya se hablaba del inminente final de la reina entre la opinión pública. Por lo que surge la pregunta sobre cómo se puede comunicar una noticia de tal magnitud entre los allegados a la familia real sin que se entere la opinión pública.

La familia real de Gran Bretaña estableció un protocolo para que se anunciara la muerte del rey o reina y la sucesión del nuevo monarca.
El protocolo consta de mandar, través de un código clave, la noticia de la muerte de la reina. Desde la creación del protocolo se decidió tomar los puentes más importantes del país para comunicar el luctuoso mensaje.
Recientemente, cuando murió Felipe, se utilizó el código Puente de Forth. Y para la muerte de la reina Isabel II el código sería Puente Londres.

Lo primero que pasa es que el secretario privado de la reina, Sir Christopher Geidt, debe anunciar al primer ministro la lamentable noticia antes de que se haga pública.
Después de eso, un sirviente de la reina se tiene que vestir de negro y preparar un anuncio para colgarlo a las afueras del palacio, mientras que en la página oficial se coloca todo de negro y se comienza a twitear sobre la pérdida.
Después de que saben todos los generales y familiares, y como parte final del protocolo, los últimos a los que se les comunica la muerte del rey o reina son la agencia de noticias Press Association, que después le dirá a todos los demás medios.
El protocolo termina con la enunciación del nuevo rey, sin embargo, posterior a la muerte de la reina se llevan a cabo eventos luctuosos llamados D+1 hasta terminar en el D+4.